Para muchos Mimosa es un proyecto nacido en diciembre de dos mil once, pero para aquellos que conocen a aquel que ideó y puso en marcha un restaurante que en poco más de un año ya ha ganado su propio espacio en la gastronomía habanera., la génesis de Mimosa data de mucho antes. Quizá se gestó tras los fogones del Allegro, La terraza florentina o el actual Gentiluomo, fue donde comenzó este cocinero incorregible su romance con los aromas del basilico y el orégano y la devoción sin igual por la caricia del oliva extra virgen  y la pasta cocida como en la mismísimo Nápoles “ con el alma adentro”. Este amor añejo, unido a la inquietud de adaptar las preparaciones de la Italia vetusta y hermosa a los paladares de nuestra isla, materializó después de largos años de sueños, de ideas e ilusiones, en un restaurante pujante, pletórico de sangre joven, de deseos de complacer, de inundar la boca de los comensales de sabores y texturas cuyo único secreto es el respeto a los ingredientes de primera calidad y a todo la entrega que tiene que derrochar cada uno de los que ahí tiene quehacer, desde la alquimia de un coctel en el bar hasta quien busca antes de despuntar el alba los frutos de la huerta más frescos y lozanos para utilizar en nuestra cocina. Entonces… ¿cuál es el motivo del flujo de visitantes a Mimosa? ¿Será la modestia, pues nunca creemos que lo hagamos todo lo mejor posible? ¿Será el desprendimiento, pues queremos brindar precios asequibles y no abrumar los bolsillos de nuestros fieles clientes? ¿Será el orgullo sano e inigualable que nos inunda de ver nuestros salones llenos y el compromiso que eso entraña? Mas que todo esto culpemos al amor, al amor que nos ha sabido contagiar a todos los que tenemos que ver con Mimosa, el restaurador que nos ha convocado a ser parte de ella,el mayor enamorado de la cocina Italiana, de la restauración, de la buena mesa  que se pueda alguien imaginar. Ser correspondidos por ustedeses nuestro mayor tesoro, a fin de cuentas nuestro propósito es servirle…